Un poco de historia...

La tradición cuenta que la idea de reunirse se gestó en el 94, en el aniversario de los cincuenta años -bodas de oro- del matrimonio del tío Hernán y la tía Sara (los Matamala Escobar) con una propuesta de agrupar a nuestra extensa familia. Esta moción también se había conversado, y presentado, debido al reciente fallecimiento de la tía Ita en Estados Unidos, con lo cual, muchos sugirieron la necesidad de congregar y reunir a los miembros de este clan y poder encontrarnos en algún lugar del país.
De las opciones barajadas, la casa de los Etcheverry León –Ricardo y la Paty- en El Belloto, se presentó como la alternativa más asequible, cómoda y acogedora para tal evento, y la fecha propuesta sería verano siguiente.
La fuerza del llamado comenzó a dar frutos y fue así como ya, hace 13 años atrás el sábado 6 de enero de 1995 efectuamos la primera de las reuniones familiares en La Parcela.
Aquella vez logramos un significativo número ciento veinte personas. Abuelos, tíos, tías, primos, sobrinos, nietos... toda la parentela en pleno. Junto a un buen asado, una grande y larga mesa, una excelente disposición de todos, sumado a un precioso día de enero, llenó las expectativas y consideró que este acontecimiento fuera programado cada dos años para el segundo sábado de enero. Se cumplía el opbjetivo: La familia se fortalecía y arraigaba
Ya hemos tenido 6 encuentros, han pasado seis juntas. Con el paso de los años se fueron sumando más primos y más tíos que aparecían esperando este suceso, como también, los miembros más chicos –o jóvenes- de la familia fueron entregando su aporte al formar nuevas familias y con ello nuevos integrantes. El número de asistentes ha variado con los años, pero no hemos podido repetir la cantidad del segundo encuentro, al cual llegaron cerca de ciento cincuenta. Claro está que no todos pueden venir a pesar de las programaciones y disponibilidades de sus tiempos.
Pero inevitablemente, en estos casi cinco lustros, el tiempo inexorable en su paso, nos fue privando también de la presencia y el cariño de los más antiguos, los patriarcas, los jefes del clan. Y así vimos partir al tío Hernán y al tío Carlos; también nos dejó el tío Manolo (Ariza).
Una de las cosas buenas que tiene Coehlo son sus pensamientos, más que sus libros, en uno de ellos dice...Un síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Como no queremos mirar la vida como una gran aventura a ser vivida, nos juzgamos sabios en lo poco que pedimos de la existencia. Y no percibimos la inmensa alegría que se halla en el corazón de quien lucha.(de El Peregrino)
Por eso, yo creo que ahora, nos corresponde a nosotros seguir con estos encuentros, fortalecer los vínculos y consolidar a la familia. Ahora que los pilares mayores, no se encuentran, el éxito y continuidad de esta propuesta depende en gran medida de los que vamos quedando, para que esta gran iniciativa no se pierda, porque todos ustedes forman parte de mi paisaje, nuestro paisaje... que como representación de la naturaleza, es una construcción de la imaginación que va conformando paulatinamente nuestra memoria y la constituye como una propia biografía. Así lo hubieran querido los tíos y los que ya no están.
Mi gran amigo Luccio Aneo –Séneca- dice... "No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos; es porque no nos atrevemos que son difíciles".
Un abrazo a todos

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Nota al margen:

La gestación de este proyecto estaba detenida hace un tiempo. Tenía y quería generar un lugar de encuentro y de información en la red -acorde con los tiempos- y el blog era lo más actual e interactivo para todos. Ya había creado uno para mis compañeros de curso, luego otro para los Etcheverry y ahora me quedaba el de la otra familia de la cual somos parte. Espero les guste.
Luis R.